Según un informe, el 2025 estuvo marcado por récords de olas de calor, incendios e inundaciones

El último informe de World Weather Attribution (WWA) analizó los principales eventos extremos ocurridos durante 2025 y concluyó que, aun sin romper el récord histórico de temperatura de 2024, el año estuvo entre los más calurosos jamás registrados y tuvo consecuencias devastadoras en todos los continentes.
El estudio revisó 22 eventos climáticos extremos —olas de calor, inundaciones, sequías, tormentas e incendios forestales— y adviertió que el nivel actual de calentamiento global, cercano a 1,3°C por encima de la era preindustrial, ya está generando impactos graves y desiguales, especialmente en el Sur Global.
Olas de calor: el fenómeno más letal
Las olas de calor volvieron a ser las más mortales. En Europa, un estudio citado por WWA estimó que unas 24.400 personas murieron durante el verano por temperaturas extremas. En muchas regiones de África, Asia y América Latina, en cambio, la falta de registros confiables impide dimensionar el impacto real.
Uno de los casos más críticos ocurrió en Sudán del Sur, donde una ola de calor en febrero fue hasta 4°C más intensa por efecto del cambio climático. Las temperaturas extremas obligaron a cerrar escuelas en todo el país y afectaron de manera desproporcionada a mujeres y niñas, que suelen trabajar en la economía informal y pasan más horas expuestas al calor, sin acceso a agua segura ni refrigeración.
Inundaciones y una brecha de datos
Las inundaciones fueron el evento extremo más frecuente de 2025. Hubo episodios con una clara influencia del calentamiento global, como en Pakistán, Sri Lanka e Indonesia. Sin embargo, el informe subraya que en muchos países no fue posible cuantificar el rol del cambio climático por la falta de estaciones meteorológicas y datos de calidad.
El trabajo menciona a Argentina entre los países donde los registros locales no siempre coinciden con los modelos climáticos globales, lo que dificulta los estudios de atribución. Para los autores, esta desigualdad científica refleja una injusticia más amplia: los países que menos contribuyeron al calentamiento global son los que menos herramientas tienen para analizarlo y anticipar sus impactos.
Sequías prolongadas y crisis del agua
Aunque menos visibles que las inundaciones o los huracanes, las sequías dejaron señales alarmantes. Regiones de África central, Brasil, Australia y Medio Oriente atravesaron su año más seco en décadas. En Irán, cinco años consecutivos de sequía llevaron al Gobierno a advertir que Teherán podría enfrentar evacuaciones si no se recuperan las reservas de agua.
El informe alerta que casi un tercio de las grandes ciudades del mundo podría quedarse sin agua hacia 2050, una crisis agravada por el cambio climático, el crecimiento urbano y la mala gestión de los recursos hídricos.
Incendios récord y tormentas más fuertes
Los incendios forestales también marcaron 2025. En Corea del Sur, marzo fue el mes más destructivo desde que hay registros, con una superficie quemada cuatro veces mayor al récord previo. En el sur de Europa, España, Grecia y Turquía enfrentaron temporadas de fuego extremo, con condiciones que hoy son hasta 40 veces más probables que en un clima sin calentamiento global.
En el Caribe, el huracán Melissa dejó lluvias más intensas y vientos más fuertes por efecto del calentamiento global. Si bien los sistemas de alerta temprana y las evacuaciones evitaron una tragedia mayor, los daños fueron severos.
El límite de la adaptación
El mensaje final del informe es contundente: la adaptación salva vidas, pero no alcanza. Incluso con preparación y alertas tempranas, hay impactos que ya no pueden evitarse si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando.
Para los autores, acelerar la salida de los combustibles fósiles y reducir las emisiones sigue siendo clave para evitar que estos eventos extremos, hoy excepcionales, se conviertan en la nueva normalidad.
